lunes, 5 de octubre de 2015

Pesadillas

Tengo miedo a soñar.
No a ese tipo de sueños que tenemos cuando estamos embobados en el tren de viaje o escuchando música por la calle. Sino a los otros. A esos que tienes cuando cierras los ojos, de noche, y duermes por ocho horas hasta que el reloj te despierta para ir a trabajar.
Tengo miedo de soñar, de que cuando caiga dormida esa escena tan buena para un relato se vaya de mi mente y la olvide para siempre, de dormir y encontrarme en un escenario conocido donde vuelven a repetirse sueños que me despertaron de golpe, buscando desesperada un cojín que apretar para mitigar la angustia. Tengo miedo de volver a ese extraño lugar lleno de humanoides a los cuales solo podía esquivar saltando de alambrada en alambrada con físicas de videojuego de terror, con límite de tiempo y perseguida por ellos. De esos sueños pacíficos en casa o en cualquier otro lugar del mundo conocido, donde de pronto caía al suelo en un ataque de ansiedad, tras haber gritado como una loca a alguien en el mundo real. De esa tienda disney donde solo vendían hipopótamos de peluche y las dependientas me atacaban por ser en exceso mayor por comprar un hipopótamo. De esas en las que veía a un amigo que en el pasado había sido causa de ataques de ansiedad, un Riku onírico que se transformaba en un monstruo de limo al acercarme, al siquiera tocar su mano.
Quizá las únicas noches donde he podido no sufrir durmiendo ha sido cuando no he soñado, cuando dormir y despertar estaban solo separadas por un fundido en negro.

No quiero soñar, tengo demasiado miedo, no quiero volver a estar en esos lugares...Quiero estar con Cedric y el Maestro Donovan en el carnaval de Keetaris, con Gabi, ayudando a ponerle el disfraz de mujer a Pouncival o con Arthur, observándole mientras ensaya un número de danza para un ballet en Her Majesty's Theatre (o incluso con su hermano, Tristan, en su moto voladora recorriendo el Viejo Continente o yendo a ver un espectáculo burlesque). Y sin embargo deseo dormir, continuamente, lo necesito. Porque en sueños no tengo esos flashes, esos recuerdos como descargas eléctricas que causan algo parecido al dolor físico.

Y ahora empieza la temporada de conciertos (para mí) de nuevo...Supongo que mis flashes se pondrán las botas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario