lunes, 16 de enero de 2017

Garras Negras


Hace meses creía que podía avanzar ilustrando. De hecho me apunté a un curso y todo.
Tenía la esperanza de que quizá mi futuro estaba ahí y hasta la profesora me dijo que valía. No se sabía mi nombre, pero yo era la "Chica que hace ese trazo tan bonito".
Un día puso un ejercicio: Dibujad el monstruo que vendría a veros para contaros la verdad. No me sorprendió tenerlo tan claro desde el minuto uno.

Hacía tiempo, mucho, que una figura me perseguía en sueños, en la forma de alguien a quien nunca se qué llamar, pero que siempre he deseado llamar amigo, de verdad. Nunca la figura de un amigo en sueños ha sido más horrible y persecutoria. Nunca ha sido tan angustiante como...esa. Tan amenazante y tan agradable, como ver a un amigo con una sombra oscura detrás.

Siempre me viene Riku, el amigo-antagonista (muy oportuno) de Sora en Kingdom Hearts y aliado en los siguientes, incluso personaje jugable en Dream Drop Distance, en la escena del principio. Su rostro amable, su mano tendida. Sora acercándose a él desde la playa al mar y de pronto...una gran ola, amenazante a su espalda. Un Riku que...no es tan amable, no es más que una ilusión desconcertante. Riku, a quien después Sora persigue y trata de averiguar qué ocurre, si Riku es su amigo o si no puede confiar, si debe luchar contra él o no. Al final luchas, al final, Riku va hacia la oscuridad, Sora hacia la luz y entonces llegan Chain of Memories y Kingdom Hearts 2...


Pronto, dicha figura en sueños se trasladó a la vigilia en forma de compañía fantasmal, un ser de garras negras y afiladas que reía y se mofaba al tiempo que me agarraba, sentía sus garras en el pecho, su mofa, su constante presencia amenazante en mi nuca que se difuminaba de vez en cuando en una calma chicha y luego, cuando creía que todo iba bien, que a su... original podía incluso pensar en tolerarlo de la misma forma que al resto volvía y me hundía en la miseria y me hacía ver con claridad que yo no era más que una segundona, nadie importante, y para que no se me olvidara la verdad, insistía con una garra en mi corazón, fría y dura y negra, de pura obsidiana, y su aliento en mi cuello: TÚ. NO. IMPORTAS. TÚ NO ERES MÁS QUE UNA SOMBRA, ALGUIEN ÚTIL.DESECHABLE.
Y voy a quedarme aquí, en sueños y en vigilia, constantemente, cada día...No te podrás olvidar, por mucho que lo intentes, que te esfuerces. Por muchas tácticas que pruebes, por muchas sonrisas o demostraciones de afecto o preocupación.
Ese monstruo se quedó ahí, y sigue bien presente y sonriente. En cada persona, con forma humana, onírica o monstruosa, persiguiendo, acechando. Recordándome que cuando yo ya no sea útil, el oleaje me tragará y nadie se acordará de que yo estaba más allá de una marca de agua blanca en mis fotos.

Herestia, que no tiene ganas de una coletilla ocurrente

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